La Conservación

Los dispositivos convencionales para la conservación de los cigarros suelen ser humidores de sobremesa, de viaje, cavas, armarios y walking rooms humidificados y algunos completamente climatizados, estas son las principales opciones que el fumador tiene para la conservación de sus cigarros. Pero todas necesitan de unas atenciones muy especiales para que el resultado final sea satisfactorio, y la relación precio / prestaciones no es óptima. Las cavas completamente climatizadas, donde podemos controlar la temperatura y la humedad, son sin duda la mejor alternativa para conservar los cigarros durante largos períodos, pero no están al alcance de todos los bolsillos, ocupan mucho espacio y consumen mucha energía.

Se considera que un cigarro ha estado mal conservado cuando está seco o deshidratado, está duro, las hojas son quebradizas al tacto y apenas tiene aroma en frío. También cuando está demasiado húmedo, está muy blando al tacto, el aroma en frío no es agradable e incluso se aprecia moho en la superficie de las hojas. Las hojas de tabaco son capaces de absorber y perder agua rápidamente en función de las condiciones de temperatura y humedad del ambiente. También son capaces de absorber fácilmente el olor y los aromas del entorno.

Para que el tabaco se conserve en condiciones óptimas, el nivel de humedad relativa HR recomendada para almacenarlos es entre 68% y 74% aproximadamente, en estas condiciones el aroma, el sabor y todas las características organolépticas de las hojas de tabaco de un cigarro evolucionan y mejoran con el tiempo. Del mismo modo la temperatura T recomendada para conservar los cigarros es de entre 17ºC y 19ºC. Entre esos valores de humedad relativa HR y temperatura T, el aire contiene entre 9 y 10 gramos de agua en forma de vapor por kilogramo de aire, dependiendo de las distintas combinaciones de temperatura T respecto a la humedad relativa HR. En esas condiciones el cigarro se conserva y envejece perfectamente, ya que es capaz de absorber la humedad necesaria del ambiente para que el 14% de su peso sea agua. Con una conservación óptima, los cigarros se pueden guardar y envejecer durante más de quince años, tiempo con el que mejoran sus propiedades satisfactoriamente, igual que los grandes vinos. Para todo esto hay que invertir grandes sumas de dinero en cavas completamente climatizadas y disponer de espacio suficiente para instalarlas.